Y si vos quisieras, cielo, mirarme, vení. Tocá el timbre o llamame.

 La vez pasada íbamos manejando sobre las calles de la ciudad y le dije "oime, a mí nadie me dice que vayamos al Cristo del Picacho ¿Será que yo no soy de las que llevás a ese lugar? ¿Por qué? ¿Qué tipo de mujer me mirás?

Se quedó mudo.

No tolero silencios a preguntas.

 Me trajo vino, café, una cerveza y candelas. Me conoce.

 Últimamente me he fijado que me huelo mucho el cabello cuando estoy a solas y de golpe siento un aroma muy agradable.

Is this loving myself?

 Las ganas de decirle que trato a toda costa de no pronunciar su nombre porque eso sería materializar su existencia y el peso de la misma no me apetece presenciar porque sus formas de pensamiento y expresión no van de acorde a mis gustos o preferencias personales e intelectuales

 ¿Cómo sabés que uso redi?

 Me gusta que me acaricien las piernas y nadie lo hace como vos, con tus suaves y delicadas manos, que hablan al compás con tu voz

 Quiero que me besen con ganas.

La frente, el cabello, las mejillas, los labios, el cuello, los hombros, las muñecas, los nudillos, la cadera, las rodillas y los tobillos.

 Que salieras de casa y me dijeras que me has encontrado al sentir el viento soplándote suave el rostro mientras cae un poco de sol y tus manos guardan aún la tibieza de mi piel compartida

 Ahora ebria voy a tomar notitas de lo que pienso. Por ahora, por ejemplo, pienso por qué mi cenicero cuadrado no tiene bordes en las esquinas o por qué teóricamente hablando, la densidad del zumo de limón balancea el sabor del ron y cómo este se siente en la lengua.

 Les voy a decir "no me dan ganas de lamerte y acariciarte" a modo de rechazo.

 Me pareció bastante curioso que por el último libro que leí, empecé a fijarme más en cómo dejaba las cosas en casa. Por ejemplo, si alguien viene y utiliza una taza, lo sabría. La fuerza que se coloca sobre la mano derecha debido a que soy diestra, las deja de determinada forma en el lavaplatos. Si alguien la tomara, vería algo distinta en ella.

Siempre, lo minucioso de los detalles.

 Creo que nunca había sentido a mi cuerpo querer desvanecerse mientras me sujetaban en un cálido abrazo y me besaban con pasión.

 Lo impresionante de entenderse sólo con la mirada, el cariño que puede haber entre ellas.

Me parece bastante tierno cuando veo algo y lo comparto con alguien para platicar al respecto porque es una temática compartida, es tipo "voy deambulando y te encontré en esto"

 Luego de seis años de soñarme y recordar mis besos, vino alguien a visitarme y mientras me abrazaba y me decía cosas dulces, luego de posar sus labios contra los míos únicamente pude decirle «ya no es lo mismo».

Y ya no. He cambiado, y mis sentimientos también. Solamente a lo que profeso amor sigue intacto.