julio 22, 2022

Su mano la pienso en distintas situaciones. Sujetando una mía mientras se camina.
Aquella que se mueve con el ritmo del jazz.
Acariciando mi cabello, a cada tanto.
Sosteniendo o acariciando mi barbilla durante susurra algo.
Acariciando mi hombro o espalda, durante mis historias.
Rozando mi mejilla en silencio.
En mi boca.
Señalando.
Moviéndose gracioso mientras habla.
Acariciando cada centímetro de mi existencia.
Su mano, es aquello en lo cual pudiera siempre sostenerme, incluso cuando no lo necesite.
Su mano, esas manos, que a cada tanto siempre recuerdo.

julio 21, 2022

 De forma ingenua vamos buscando/limitando cómo y con quién juntar libros en un espacio, porque de pequeños tal vez leímos eso en algún lado y nos pareció tierno. De forma incosciente, queremos juntar/coleccionar/unir algo que en el fondo sabemos que es parte de compartir. Incluso si son recuerdos, para volver a ellos en momentos tristes.

julio 19, 2022

Ana Ajmátova

 Llegué a visitar al poeta


  

Llegué a visitar al poeta

Exactamente al mediodía, un domingo.

En el cuarto espacioso reinaba el silencio

Afuera, en la calle, hacía frío.


Un sol agradable se paseaba

Sobre el tupido humo grisazul...

El poeta me miraba fijamente,

En silencio, como un gran anfitrión.


Es mejor ser cuidadosa

Y no mirar nunca a sus ojos;

Son ojos tan extraños

Que jamás se pueden olvidar.


No olvidaré ese encuentro

Aquel brumoso mediodía de domingo

A las orillas del Neva

En una casa grande y gris.

julio 18, 2022

Quisiera retozar en sus brazos, infinitamente.

Como esas noches donde mi descanso estuvo a su lado.



julio 17, 2022

 Sólo espero que me recuerden con ternura.

Y también le digan algún día, cómo sonrío cuando le recuerdo.



julio 15, 2022

Una caja, un gato y un ordenador.

Himno:
https://open.spotify.com/track/1Sp440XUX6hKcfSi4vl3kn?si=85e91d98c0be4fcd


La mejor decisión es irse. Sólo así se puede disfrutar el mundo.

julio 08, 2022

Si yo pudiera darle algo, algo invaluable, sería una nubecita. Suavecita, blanca, para que la pudiera llenar siempre que quisiera llorar, y así descargarse.

Cuando le falte agua, caiga sobre él, ese llanto, abonado y cambiado, ahora como lluvia para que lo limpie y sane.

Una nube, que pueda estar en ciclo constante, según lo necesite.